Refrescándome [libre]

Tras varias horas de ininterrumpido ensayo, decidí tomarme un pequeño descanso. Salí de una de las salas de ballet y crucé el pasillo para ir al baño. Sentí el fío marmol de las impolutas baldosas del suelo contra mis pies desnudos, pues había dejado las puntas en la sala. Me miré al espejo y aparté de mi rostro uno de los sudorosos mechones rubios que habían escapado de la coleta. Apollando las manos a cada lado del grifo, traté de respirar a un ritmo normal, para recuperar el aliento.
Cuando noté que los latidos de mi corazón se iban estabilizando, me agaché a beber agua, a pequeños tragos para que no me diera el flato. Bebí hasta que dejé de sentir la boca seca, y volví a lazar la cabeza, secándome las comisuras de los labios con el dorso de la mano.
Volví a inclinarme sobre el lababo, tratando de limpiarme la oscura marca del eyeliner que se había corrido con el sudor. Tan concentrada estaba en mi tarea, que cuando la puerta volvió a abrirse me sobresalte tánto que solté un agudo chillido de sorpresa.

Habian pasado un par de dias pero aun asi, no me habia acostumbrado a todo esto. Eso hacia que no pudiera concentrarme debidamente y cometiera fallos estupidos. Lo mas increible es que estos dias habia optado sobre todo por hacer trabajo personal por lo que no tenia un profesor detras diciendo cada dos por tres que hacia mal. Pero era yo la que me ponia nerviosa a mi misma.
Quiza era el hecho de todo el mundo veia mi carrera profesional como solista en el Kirov y como bailarina consagrada y esperaba ver una buena actuacion, limpia tecnicamente , con gracia y sentimiento. Todo eso, hacia que tuviera miedo a fallar y al tenerlo es lo que pasaba.
Falla en unas simples encadenaciones que una alumna de V curso podria hacer, pues personalmente no me hacia demasiada gracia. Necesitaba relajarme. ¿Pero como? Sali de la sala en la que estaba, con puntas y todo tal y como iba vestida. Las puntas, a muchas les molestaban pero me habia acostumbrado a andar con ellas. De hecho, me sentia rara cuando no sentia las cintas al rededor de mis tobillos. Me recogi algunos pelos que se me habian caido del moño durante las varias horas que llevaba ya, cuando se me empezaban a caer pelillos, resudaba y me agobiaba aun mas. No era exactamente lo que mas me convenia.
Entre al vestuario, sin llamar, haciendo que sin querer la chica que estaba dentro se sobresaltase.
-Lo siento... crei que no habia nadie.-dije despeus de que pegase un pequeño chillido al entrar.
Fui a donde tenia mis cosas y me sente en el banco